Uno de los principios básicos de la Ciencia dice que la energía nunca se pierde, simplemente se transforma.
Es importante recordarnos este concepto a diario, ya que nuestros pensamientos crean la manera de sentir y los sentimientos crean la manera en que la energía se presenta en nosotros, es nuestra vibración.
No quiero invocar a una falsa vida de optimismo, muchas veces sentir tristeza es necesario. La idea es ser conscientes de que cada sentimiento es pasajero, debemos saber leer en la quietud y en el día a día cuál son los sentimientos que sentimos y entender el por qué.
Debemos entrenar a nuestro cerebro para obtener la claridad.
Una vez que somos conscientes de cuidar nuestra frecuencia vibratoria, podemos realmente llegar a sentir plenitud de espíritu, y con ello libertad.
Podemos llegar a cumplir objetivos muy deseados, en mi caso lo único que quería era sanarme.
Llevaba 14 años tomando medicamentos y aplicándome inyecciones. Todo comenzó cuando tenía 18 años, recuerdo que una mañana desperté con un gran dolor en mi mano, pensé que luego el dolor se iba a ir, pues supuse que era consecuencia de una mala postura al dormir. Pasó el día y el dolor continuo, al otro día no conseguía sostener ni un vaso, ni una esponja de baño. En ese momento entendí que algo andaba mal.
Fui diagnosticada con artritis reumatoidea juvenil, al ser una enfermedad de origen autoinmune, es decir que el propio cuerpo la genera, todavía no hay una cura.
Para entender esta enfermedad debemos imaginar que el cuerpo tiene un error en el sistema inmunitario y detecta a nuestras propias articulaciones como amenazas y las ataca, básicamente es un proceso autodestructivo.
Pase por diversas fases, al comienzo fue doloroso asumir que tenía esta enfermedad, luego durante un tiempo la ignore completamente, pensando que ignorándola ella podía desaparecer. Luego pasé por el proceso de intentar llegar a la causa, analicé los sentimientos, los momentos que viví antes de manifestarse la enfermedad.
Recurrí a más de un especialista, y la última medicación que use fueron unas inyecciones, que son un anticuerpo monoclonal incluido entre el grupo de fármacos llamado tratamiento biológico.
Cada medicación además de ayudar con los síntomas, lamentablemente van afectando otras partes del cuerpo. Yo era perfectamente consciente de esto, y por eso cada vez que meditaba pedía al universo para sanarme.
Después de un gran cambio, pues decidí emigrar y vivir en otro país. Comencé a hacer nuevos estudios, mientras hacia ejercicio y cuidaba la alimentación.
Simplemente y después de muchos años acepte convivir con la enfermedad y en ese momento sarcásticamente la vida me sorprendió con un diagnostico increíble, “no tenes artritis reumatoidea” Cuándo la doctora dijo estas palabras yo quede totalmente fuera de foco, no entendía nada, tal vez se sienta lo mismo al ganar la lotería.
Simplemente mi deseo se realizó y desde aquel momento supe que todo lo que se desee con el corazón y que sea acompañado con esfuerzo es posible.
Espero que este post los inspire a creer para crear, y que mi historia sea un motivo de aliento.
Que la vida siempre los encuentre sonriendo!
Buenas vibras.
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